En mi opinión esta nueva
reforma del sistema educativo en España no merece el título
de reforma. Una reforma de tal importancia tiene que ser compartida por todos
los componentes políticos y en cambio es una imposición del gobierno de
derecha. Digamos que el llamado "berlusconismo" italiano se encuentra también
en el país ibérico. Ese término se refiere a la capacidad de dar categoría de
normalidad a cosas que pueden resultar absurdas o incluso inconstitucionales.
El señor Wert propone la religión como materia que tenga la misma importancia
que asignaturas como Matemáticas o Inglés y eso me parece algo
"valleinclanesco" porque podría producirse el caso de que un estudiante elija la
materia religión solo para que sus notas suban. Además, el gobierno ha
presentado la ley como no ideológica y este es otro punto que está en contra de
lo que tiene que ser la pluralidad cultural de un país moderno. Hace algunos
años, en Italia, el gobierno Berlusconi con la ministra Gelmini aprobó un
decreto de reforma de la escuela italiana. El objetivo era (palabras de la
ministra) mejorar nuestro sistema educativo. Durante tres años todo han sido
recortes de puestos de trabajo en la escuela pública y muchas subvenciones a
escuelas privadas dirigidas por la Iglesia. Un profesor de religión italiano
cobra doscientos euros más que un docente de Matemáticas, de Inglés o de Lengua y
Literatura. La ministra siempre ha dicho que quería potenciar el estudio de las
lenguas extranjeras. En cambio, los chicos siguen con tres horas de inglés y
dos de español, francès o alemán. Cuando se dice "palabras, palabras y solo
palabras". La actual ministra (Mara Carrozza) del "gobernísimo" de Italia
quiere reformar el sistema de la enseñanza de la escuela primaria que en mi
país es uno de los mejores del mundo y no veo por qué hay que tocarlo.
Evidentemente cada ministro quiere dejar su huella indeleble en la historia de
la educación, pero así la escuela no se reforma, sino que se deforma, como ha dicho
una famosa astrofísica italiana fallecida recientemente, Margherita Hack.
de reforma. Una reforma de tal importancia tiene que ser compartida por todos
los componentes políticos y en cambio es una imposición del gobierno de
derecha. Digamos que el llamado "berlusconismo" italiano se encuentra también
en el país ibérico. Ese término se refiere a la capacidad de dar categoría de
normalidad a cosas que pueden resultar absurdas o incluso inconstitucionales.
El señor Wert propone la religión como materia que tenga la misma importancia
que asignaturas como Matemáticas o Inglés y eso me parece algo
"valleinclanesco" porque podría producirse el caso de que un estudiante elija la
materia religión solo para que sus notas suban. Además, el gobierno ha
presentado la ley como no ideológica y este es otro punto que está en contra de
lo que tiene que ser la pluralidad cultural de un país moderno. Hace algunos
años, en Italia, el gobierno Berlusconi con la ministra Gelmini aprobó un
decreto de reforma de la escuela italiana. El objetivo era (palabras de la
ministra) mejorar nuestro sistema educativo. Durante tres años todo han sido
recortes de puestos de trabajo en la escuela pública y muchas subvenciones a
escuelas privadas dirigidas por la Iglesia. Un profesor de religión italiano
cobra doscientos euros más que un docente de Matemáticas, de Inglés o de Lengua y
Literatura. La ministra siempre ha dicho que quería potenciar el estudio de las
lenguas extranjeras. En cambio, los chicos siguen con tres horas de inglés y
dos de español, francès o alemán. Cuando se dice "palabras, palabras y solo
palabras". La actual ministra (Mara Carrozza) del "gobernísimo" de Italia
quiere reformar el sistema de la enseñanza de la escuela primaria que en mi
país es uno de los mejores del mundo y no veo por qué hay que tocarlo.
Evidentemente cada ministro quiere dejar su huella indeleble en la historia de
la educación, pero así la escuela no se reforma, sino que se deforma, como ha dicho
una famosa astrofísica italiana fallecida recientemente, Margherita Hack.
Silvio Costantino
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